miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Tradición o innovación?

Vivimos en el siglo XXI, con todos los cambios acontecidos en la sociedad no se puede obviar que la escuela necesita un modelo innovador que se adapte a estos nuevos contextos.

Esta gran transformación en el mundo educativo viene en gran parte delimitada por el importante papel que las TICs tienen en los alumnos.  Queramos o no, vivimos rodeados de tecnologías, por tanto, los docentes únicamente tienen dos opciones: vivir de espaldas a la sociedad o bien tratar de ver las ventajas que les pueden aportar. Aunque es verdad que las ventajas que estas herramientas pueden tener en el aula, en la mayoría de ocasiones, se ven relegadas a un segundo plano debido a las dificultades que se le interponen a la escuela para que “innove”.

Anónimo, Gaturro en la escuela, Imagen tomada del sitio web:
Gaturro: www.gaturro.com (con último acceso el día 7/03/2012)
Desde nuestra experiencia, una de las principales dificultades para poder llevar la innovación al aula es la rigidez de las programaciones de los libros de texto, que no permiten que los docentes se desvíen ni lo más mínimo de lo que oficialmente está planificado. Por tanto, como solución, esta integración de las nuevas herramientas y formas de trabajar en el aula se debe realizar mediante situaciones de aprendizaje en las que el uso de recursos tecnológicos conviva del modo más natural posible con cualquier otro tipo de procedimiento didáctico.

El uso educativo de las herramientas tecnológicas no debe limitarse a la realización de actividades en el aula. Los docentes han de aprovechar también las posibilidades que les ofrecen a la hora de desarrollar materiales. Con ello queremos transmitir que tenemos que perder el miedo al uso de las nuevas tecnologías dentro del aula, aunque sin caer en el error común de pensar que en la red podemos encontrar todo lo que necesitamos.

Como balance final, consideramos que, a pesar de que las TICs conlleven ventajas e inconvenientes, el objetivo principal de la innovación es permitir a los alumnos aprovechar todos aquellos recursos  para seguir aprendiendo en cualquier momento y lugar a través de situaciones mucho más reales, individualizadas y personalizadas que tradicionalmente.  Con ello se consigue que  cada alumno potencie aquello que más necesita y desarrolle sus capacidades al máximo.

  Las TICs no hacen milagros,  docentes y alumnos siguen siendo los mismos con o sin ellas. Con ello lo queremos decir es que lo verdaderamente importante no es la tecnología, sino el uso que hagamos de ella”.

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